Vuelos inciertos no eluden planos sin escala
El andar de Luz María Bedoya como artista es extenso y versátil, así también lo es su producción. En un medio ambiente urbano saturado de íconos visuales, su propuesta, que se abstiene de seguir fórmulas rompedoras, “renueva” las retinas del consumidor. En la sala miraflorina que acoge su obra, la puntillosa aridez del desierto peruano puede derivar en una paraje esplendoroso, o la ciudad de París convertirse en una ciudad despoblada. “Líneas, palabras, cosas” nos muestra una revisión de la obra realizada por la artista desde sus inicios como fotógrafa a principios de los años 90 .
A lo largo de su camino ha obtenido soñadas estancias, exhibido obra en rigurosos museos y galerías del Perú y del mundo. Su recordada presencia en la I Bienal Iberoamericana de Arte de Lima (1,997) con esa épica visual del desierto que es PUNTO CIEGO despliega en su carrera una vasta participación en bienales internacionales.
En la muestra, un bloque de fotografías de cielos parisinos aparentemente insulsos, llama mi atención apenas empecé el recorrido por la sala. GLOBO es un conjunto vaporoso que no se ajusta a diseño de marca alguno, sobre el que la artista ha trazado sus propias fuentes de ensueño, sostenida en diversos recorridos sobre el lugar de los hechos, asistida por una ardua investigación histórica sobre los primeros vuelos en globos realizados a partir del siglo XVIII.
La explícita nominación de sus obras, la libertad con que conjuga técnicas y lenguajes, el riesgo bajo una capa de improvisación que no es tal. Sostiene Bedoya una mirada súper terrestre que se adjunta volátil a lo largo de todo su panorama creativo.
¿Qué es lo invisible que gestiona emoción en su trabajo?
Hay procesos fundamentales en todo proyecto, en este caso no escapan a la retaguardia sino más bien se construyen y viven como espacios de disfrute. En cierta forma los intereses de Luz María se convierten en aliados muy comprometidos con dinámicas insólitas, superando todo impacto asociado al estruendo del resultado. La interlocución que mantiene la artista con su obra es permanente, un íntimo y sereno nivel de diálogo impregna toda la atmósfera de su producción.
Con AREA, la atención vuelve a inquietarse, es un proyecto que tiene la fuerza de un apagón, donde el foco de la imagen reluce a pulso de lamparín, una mirada por poco intrusiva que sabe detenerse justo al borde de la exposición del objeto. Es un trabajo cuyas tomas fueron realizadas analógicamente y que fue mostrado varios años después, las ampliaciones se hicieron digitalmtente por lo que tuvo que escanear el íntegro de los negativos seleccionados. Una confrontación exitosa de dos técnicas que parecen llevarse como el agua y el aceite.
El carácter de moda en el quehacer del arte y la apertura de nuevos mercados en el panorama local, desemboca para muchos artistas en cierta aura de fama y símbolo de estatus. El margen paralelo en que se mantiene Bedoya responde al poco interés que siente hacia esta vía de enlace y etiqueta social, lo que resulta fortalecedor para su camino.
Si la fotografía y el video arte mienten, o transfieren verdades a medias tintas, en el universo creativo de Bedoya no interesa. La retórica de su obra acepta desengaños y escepticismos, acciones ineficaces que se benefician con el poder de la duda. Un conjunto de obra airosa que se percibe sólida ante la mirada de los demás pero sobre todo por si misma.
“Líneas, palabras, cosas” va hasta el 1de junio.
En la galería del ICPNA de Miraflores. Esquina de Av. Arequipa con Av. Angamos.
El miercoles 14 habrá una visita guiada por Luz María Bedoya.
A las 6pm.