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RECONSTRUCCION

Publicado: 2012-03-13

Febrero 2012. Visito Ica.  A 4 años y medio del terremoto que partió en pedazos miles de hogares y cientos de vidas.

Mis compañeras y yo buscamos testimonios. De compatriotas que pasaron momentos de horror y que han levantado sus hogares y vidas de los escombros.

Febrero 2010. Un día cualquiera, hago maletas aceleradamente  y me retiro del departamento que creía mi hogar. Un terremoto particular.

Son dos años exactos, entre ellos un mar de fuerza para reiniciarme.

En Ica las historias empiezan a narrarse casi solas,  la gente quiere compartir, el orgullo por un lado, el coraje por otro.  Entre historia e historia,  no todos pueden sonreír todavía.

No salgo al campo hace mucho, bromeo y me declaro en vacaciones ante mis colegas.

En Lima y donde sea. Son dos años.

No olvido que en este tiempo perdí prenda de lujo,

un hermano hermoso.

Algunos días todo pareció ir tan mal.

Esta mañana corrí a mirarme al espejo.

He quedado muda algunas veces cuando me preguntan por los cambios.

Últimamente ocurre seguido.

No es que moleste,  sino que no ha sido fácil procesar, lo duro que fue.

Entonces, simplifico nomás.

Descosí el disfraz que me recubría. La esencia  es  la misma.

En serio no me di cuenta cómo se hizo tan sintético

Tampoco propuse ningún cambio, salvo la foto del perfil.

Lo que más extrañaba era mi sonrisa.

Un día varias noches después

Aligero mis pasos  y casi todo  alrededor se convierte en una risa alada.

Un valor agregado, los satélites amigos.

Sin duda, algunos detalles menos graciosos habitan en mí.

He roto conjuros  y leído haikus.

Regalo trapos y compro vestidos vaporosos.

Agoto el stock.

En Ica, otra vez.

Las dunas se levantan dulcemente, los cerros aparentan ser impasibles.

Brillan  pompos de algodón en el campo,  soldaditos en pie de guerra.

No  veo a la gente alegre aquí.  Sudan el pleno empleo en silencio.

Me da un poco de inquietud.

Y cómo dice el Sr. Pescador, recién allí se me cae la lágrima.

Las chicas y yo. Preocupadas porque nos faltan figuritas en la tarea.

Las vacaciones en realidad no fueron más que un oasis.

Recuerdo las grietas en casa de doña Ana y decidimos volver.

Compramos flores para ella, y unas clásicas Paciencia.

Sumo Besitos y Revolución para ti.  Son galletas, hechas desde 1936,  en Velazco.

Dicen que la receta no cambia con los años. Es una pastelería vintage, ja.

He bebido un par de copas de mi pisco favorito, y pierdo un  poco el pulso.

Doña Ana no hace preguntas, pero nos recibe, es tan bonita esta señora.

Invadimos su casa de buenas a primeras. Le pedimos permiso y también disculpas.

Se emociona con las flores que por fin reemplazarán a las de plástico que visten su mesa.

Agradecemos y partimos felices.

En Lima,  de regreso,

no era mi deseo pintar nubes tan esponjosas por aquí.

Sientes como que el viento sopla tu falda sin avisarte, y se te ve hasta el calzón.

El espacio se desvirtuó un poquito,  más es divertido.

… Cuándo vamos a ver esas dunas?


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