OP
Que les quede claro que de chica surfer, no tengo ni un pelo.
Al contrario, luego de una cincuentena de revolcadas a lo largo de mi vida
(hablo del mar aclaro),
a las respetables olas las miro con inquietud cuando vienen alteradas.
Pero una serena pasión me acerca al mar. Y persisto.
Ella me invita a empaparme de su sales, arena, conchitas y malaguas. Puajjj.
La pasión se convierte en una playa de desestacionamiento
para las tensiones y embarres de mi acorazado.
Cada zambullida en el mar
me reconforta de los piedrones con los que a veces uno roza por ahí
pero sobretodo
recupero archivos de cariño.
Un amor no sólo de verano,
podría decir que hace linda pareja con la chica irisipela.
Las olas recargadas de pilas y larga batería
me sumerjo a la orillita de cada playa que visito,
Y siempre cual pescado fresco regreso.
A propósito
Op era una marca de polos muy famosos en los veranos ochenteros....
ja ya me voy del tema otra vez.
Vamos al agua?